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María Cogollos

Etiquetado de los alimentos


La lista de ingredientes debería ser lo primero que miráramos al coger un producto del supermercado. Nos permite saber lo que estamos comiendo realmente sin dejarnos llevar por las muy efectivas técnicas de marketing: colores que evocan pensamientos de ser sano y ligero, frases que nos hagan acordarnos de nuestra abuelita o nos trasladen a granjas de verdes pastos, letras grandes que resaltan RICO EN, BAJO EN, SÍN… Al leer el listado de ingredientes debemos saber: 1. Los ingredientes están ordenados de mayor a menor proporción. El ingrediente que esté presente con mayor porcentaje aparecerá el primero y así sucesivamente.




2. El azúcar tiene distintos nombres. La sociedad cada vez está más concienciada sobre lo perjudicial que es un consumo elevado de azúcar, por ello la industria alimentaria ha tenido que utilizar como ingrediente en sus productos otro tipo de azúcares igual de dañinos, pero con nombres por lo general más desconocidos para que al leer la composición no los descartemos. Otra de las imaginativas ideas de la industria es reducir la cantidad de azúcar blanco pero compensar incluyendo uno o más tipos de azucares para evitar que aparezca la palabra azúcar en los primeros ingredientes. Hola me llamo azúcar pero me puedes llamar… Glucosa Sacarosa Fructosa Galactosa Lactosa Maltosa Nectar Almibar Jugos Jarabe Melaza Miel Concentrado de frutas Malta Cebada Dextrosa Matodextrina 3. Evitar coger productos con grasas trans y aceites o grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas. De todas las grasas, la grasa trans es la peor para la salud. Aumenta el colesterol LDL (malo) y reduce el colesterol HDL (bueno). Esto puede provocar que se acumule colesterol en las arterias incrementando la probabilidad de presentar una cardiopatía o un accidente cerebrovascular.

Las recomendaciones por la FESNAD(Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética), indican que el consumo de grasas trans debe ser lo más bajo posible e idealmente, no superar el 1% de las calorías diarias. 4. No hay que tener miedo a los aditivos con la letra E. Estos aditivos se usan con múltiples objetivos, muchos de ellos para evitar el crecimiento de patógenos y se pueden encontrar de forma natural en los alimentos. La letra E indica que la Unión Europea lo ha marcado como seguro y le sigue un número de identificación. Los aditivos aprobados pueden ser reevaluados si aparecen indicios razonables para ello, por lo que aunque sean seguros siempre será recomendable no abusar de ellos. Y aunque no hay que tener miedo si hay alternativa optar por aquella que no los lleva.


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