La fructosa es un azúcar que se encuentra de forma natural sobretodo en la fruta, pero también en los vegetales y en la miel. Actualmente su consumo es más elevado, no por un aumento en el consumo de fruta sino porque la industria alimentaria lo utiliza como endulzante en la elaboración de refrescos, cereales, galletas…
Lo primero que tiene que tiene que quedar claro es que la fructosa que consumimos con los alimentos procesados (refrescos, dulces…) no tiene los mismos efectos en nuestro cuerpo que la que consumimos de forma natural con los alimentos, como en el caso de la fruta, ya que en esta última la consumimos junto a la fibra entre otros componentes.
¿Por qué es malo un exceso de fructosa?
El hígado es el único que puede metabolizar la fructosa, cuando hay un exceso se transforma en grasa y se acumula en este órgano. Un elevado consumo de fructosa es un problema que incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en el futuro.
La fructosa de los alimentos se absorbe más despacio gracias a la fibra que posee. Esto hace que el cuerpo tenga más tiempo para aprovecharla y no sea necesario almacenarla en forma de grasa.
¿Qué debemos evitar?
-Zumos de frutas. -Alimentos que en contengan en sus ingredientes fructosa. -Cualquier tipo de jarabe, su componente principal es la fructosa.